¿Qué es la Ayahuasca y CUÁL ES SU ORIGEN?
La ayahuasca es una medicina tradicional utilizada por los chamanes del Amazonas desde tiempos ancestrales. Se elabora a través de la decocción de una liana que crece en la selva; La Ayahuasca (Banisteriopsis Caapi), junto a las hojas de otra planta amazónica, “La Chacruna”. El resultado es una preparación con un fuerte poder alucinógeno y, para muchos de sus defensores, sanador. Al entrar en el cuerpo, la sustancia produce entre otros efectos alteraciones en la percepción y la cognición que permiten abrir determinadas puertas que nuestro cerebro tenía cerradas, en la mayoría de los casos como mecanismo de autodefensa.
Existen multitud de recetas para la preparación de la ayahuasca. En ocasiones se encuentran preparaciones que contienen únicamente tallos de “B. Caapi”, aunque no es lo habitual. Los ingredientes que se añaden a la cocción dependen de la región en la que se prepara, del curandero o vegetalista que la cocina y de la intención o efectos que se desean conseguir.
La liana suele machacarse o pulverizarse y se cocina junto con las hojas en un ritual sagrado que puede llegar a ser muy elaborado, hasta obtener la cantidad y concentración deseadas.
Origen
El origen del uso de la ayahuasca, así como su antigüedad, son desconocidos. Distintos autores han propuesto distintas teorías acerca de los orígenes de la ayahuasca, y la cultura popular, tras la expansión de la ayahuasca, ha enfatizado los orígenes milenarios del uso de la cocción por parte de los pueblos nativos amazónicos.
Algunos autores han propuesto una antigüedad del uso de ayahuasca de hasta 5.000 años, otros datan los inicios entre el 500 a.C. y el 500 d.C. Otras teorías apuntan a inicios mucho más recientes.
Los primeros relatos en los que se encuentra la palabra ayahuasca provienen de dos misioneros jesuitas que, en 1737 y 1740 respectivamente, viajaron por la zona del río Napo. En sus relatos se menciona el uso de ayahuasca con fines curativos y adivinatorios. Existe un relato anterior de otro jesuita de finales del siglo XVII, en el que se habla acerca de un «brebaje diabólico», aunque sin mencionar explícitamente la ayahuasca.
El primer reporte moderno y científico del uso de la ayahuasca es de 1851, en el que Richard Spruce (impoartante botánico Inglés del siglo 19) documenta el uso de esta bebida en Brasil. Y en 1857 Manuel Villavicencio (sobresaliente oficial militar Peruano) escribe el primer relato conocido de su experiencia subjetiva con la ayahuasca.
Pueblos que han utilizado la ayahuasca de forma tradicional o que la utilizan hoy en día incluyen a los: guahibo, shipibo-conibo, shuar, colorado, ingano, siona, kofan, witoto, tukano, desana, yakuna, ashaninka, kaxinawa, entre otros.